La  tesis de este escrito es que la medicina se está convirtiendo, en gran medida, en una institución de control social, desplazando, cuando no incorporando, el rol ejercido por las más conservadoras instituciones, como son la religión y el derecho. Se está convirtiendo en la nueva depositaria de la verdad, donde los dictámenes, absolutos y categóricos, son establecidos, por supuestos expertos, técnicos de moral neutral y aséptica. Y estos dictámenes se establecen no en nombre de la moral y/o legitimidad jurídica, sino en el de la salud. Además, este proceso no está ocurriendo a través de médicos que ostenten cargos políticos, sino que es, principalmente, un fenómeno insidioso, a la vez que discreto, realizado a partir de la sujeción a control médico de gran parte de la vida cotidiana, extendiendo la medicina y las etiquetas “sano”“enfermo” a una parte cada vez mayor de la existencia humana....

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Traducido para CAS por Abraham Antuña.