Cojeando un año y cuatro meses entre pruebas y listas de espera (2018-07-29)

CAS junto a otros colectivos y organizaciones del estado español hemos realizado 2 Jornadas de Lucha Contra las Listas de Espera el pasado 25 de enero y el 24 de mayo de 2018 ya que es uno de los principales problemas que padecen las/los usuarios/as de la Sanidad Pública y que está trayendo más mercantilización del sistema sanitario, incremento de los seguros privados, diferencias entre territorios y sobre todo mucho dolor y sufrimiento para a población trabajadora y/o excluida.

Hoy nos hacemos eco de una noticia aparecida en la prensa sobre un caso real en Andalucía en donde un paciente, un año y cuatro meses después de una rotura de menisco sigue de baja y ha decidido ponerse "en manos de especialistas privados" ya que confía "en que lo ocurrido no repercuta en su actual trabajo ni le cause más perjuicios".

La respuesta de la Junta de Andalucía ha sido: que la atención a este paciente "ha sido la adecuada y ha respondido en todo momento a la evolución de su patología" y que la cirugía a la que se sometió y las pruebas diagnósticas indicadas "se han producido dentro de los plazos garantizados por la sanidad pública andaluza". Estas respuestas no han tenido en cuenta ni el sufrimiento y dolor padecidos ni la preocupación por el futuro laboral del paciente, un trato inhumano y que refleja la opinión de los gestores del Servicio Andaluz de Salud de que en este caso se han cumplido las normas y que es un número más dentro de sus estadísticas.

El mensaje que transmite la Junta de Andalucía es claro si tu caso no está dentro del DECRETO 96/2004, de 9 de marzo, por el que se establece la garantía de plazo de respuesta en procesos asistenciales, primeras consultas de asistencia especializada y procedimientos diagnósticos en el Sistema Sanitario Público de Andalucía ya puedes tener un seguro privado o el dinero suficiente para tu tratamiento.

Texto de la noticia:

Álvaro Ramos sufrió una rotura de menisco interno hace un año y cuatro meses y aún sigue cojeando y rabiando de dolor cuando le toca rehabilitar la rodilla lesionada. Ocurrió en marzo de 2017 y en junio de ese mismo año fue intervenido en el hospital comarcal de Huércal-Overa, tras lo cual le dieron unas instrucciones "con pequeños ejercicios para hacer en casa y que pidiera cita para rehabilitación".

Su sorpresa, según cuenta a EL MUNDO Andalucía, fue descubrir que llamada tras llamada al centro de salud de Vera que le correspondía, "me indicaban que la lista de espera para los preferentes era de año y medio o al menos un año", por lo que decidió presentar reclamación en registro de entrada. "Fui llamado inmediatamente, pero ya habían pasado cuatro meses y 20 días desde la operación", recuerda.

En su reciente escrito dirigido a la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía en Almería, Álvaro denuncia, no sólo las largas listas de espera en el caso de rehabilitación, sino "el colapso de las instalaciones, con trabajadores que hacía lo que podían, pero donde el rehabilitador era sustituido por otro cada mes".

Al respecto, fuentes de la citada Delegación de Salud consultadas por este periódico precisaron que los tratamientos de fisioterapia "no están sujetos al Decreto de Garantía de Plazos, priorizándose los casos de mayor gravedad, como los accidentes cerebrovasculares o traumatismos graves".

Según Salud de la Junta, "es falso que falten medios y recursos" y la atención a este paciente "ha sido la adecuada y ha respondido en todo momento a la evolución de su patología".

Los esfuerzos de los profesionales, sin embargo, no dieron su fruto para Álvaro. Más bien lo contrario. La situación comenzó a empeorar, se incrementaron los dolores, "hasta llorar cada vez que hacía rehabilitación", según relata.

Por eso, ya con una inflamación permanente, acudió a urgencias del hospital comarcal La Inmaculada en dos ocasiones y a dos consultas de traumatología, "pero nadie me recetó o pidió una resonancia, sólo radiografías donde no se apreciaba ni el menisco ni la lesión, y una medicación fortísima que he tomado durante un año, además de que tuvieron que sacarme líquido".

Se llegó a gastar unos mil euros en rehabilitación privada y los profesionales le indicaban "que algo no iba bien" en la rodilla, "hasta que un facultativo me recomendó ponerme una infiltración de colágeno y ácido hialurónico", lo que le costó 500 euros en una clínica privada.

En su escrito de denuncia ante la Delegación de Salud de Almería se pregunta "cómo es posible que este tipo de tratamientos estén restringidos en el SAS y, de hecho, no se administren en determinados centros médicos de la sanidad pública andaluza por motivos económicos, cuando está demostrada su eficacia".

Notó los efectos beneficios de forma inmediata y se incorporó a trabajar el 26 de febrero de 2018, pero no le duró mucho porque enseguida la lesión "volvió a dar la cara". Según relata Álvaro, "por fin, casi un año después de mi operación, solicita una resonancia que me hacen en un centro concertado porque el hospital comarcal de La Inmaculada no dispone de la maquinaria necesaria".

Las pruebas de Resonancia Magnética se realizan, según la Junta, "cuando así lo indica el especialista y cuando no se puede asumir en equipos de la sanidad pública, este servicio se concierta".

Pero los resultados de la prueba, que fueron emitidos el 4 de abril de 2018, no le fueron trasladados por un facultativo del SAS hasta más de dos meses después, el 18 de junio, tiempo durante el cual el paciente estuvo trabajando con una lesión sin curar.

"Me dijeron que el resultado era refractura compleja de restos meniscales y a los dos días por prescripción facultativa causo baja de nuevo", apunta.

Le dieron cita de nuevo a principios de julio pasado con el traumatólogo, quien le infiltró un anestésico con cortisona, le recomendó realizar caminatas leves, hacer bicicleta y desaconsejó una nueva operación. Próxima visita al médico, en diciembre. Y mientras va corriendo el tiempo de la prórroga de seis meses que le ha dado el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) para revisar su baja médica.

"Ya he ido a un médico privado, que ha ratificado la buena atención y seguimiento que me ha hecho el traumatólogo, pero considera excesivos y perjudiciales los plazos de espera, primero para la rehabilitación y después para conocer los resultados de la resonancia; si hubiera tenido las atenciones necesarias al principio la lesión no hubiera ido a peor", aclara.

De momento ha decidido ponerse en manos de especialistas privados, recabar las facturas e intentar recuperarse de cara a la revisión de la baja, confiando en que lo ocurrido no repercuta en su actual trabajo ni le cause más perjuicios.

Desde la Delegación territorial de Salud de Almería consideran que tanto sus consultas con los diferentes especialistas, como la cirugía a la que se sometió y las pruebas diagnósticas indicadas "se han producido dentro de los plazos garantizados por la sanidad pública andaluza".

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