(2017-06-01) La contaminación por hidrocarburos puede afectar a la estructura cerebral de los niños

La contaminación atmosférica por hidrocarburos policlínicos aromáticos (HPA), incluso por debajo de los límites establecidos por la Unión Europea, puede inducir cambios estructurales subclínicos en el cerebro de los niños, afectar al volumen de los ganglios basales y provocar síntomas de hiperactividad. Esta es la principal conclusión de una investigación liderada por científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicada en la revista Environment International.

Los HPA son un grupo de contaminantes del aire que proceden de la combustión incompleta de materia orgánica y se forman como consecuencia del uso de combustibles fósiles y biomasa y también a partir de otras fuentes, como el humo del tabaco o la cocina a la brasa.

En ciudades como Barcelona, donde se elaboró el estudio, la fuente predominante de emisión es el tráfico, que emite unos compuestos que investigaciones previas habían asociado a Trastornos por Déficit de la Atención e Hiperactividad (TDAH) en niños expuestos en fase prenatal y que los autores consideran "especialmente preocupantes".

Según los investigadores, "Los resultados indican que la exposición a los HPA, y en particular al benzopireno, está asociada con una reducción del volumen del núcleo caudado, uno de los componentes de los ganglios basales". Además, un incremento de aproximadamente 70 picogramos por metro cúbico en la concentración interior y exterior de benzopireno estaba asociada con una reducción de casi el 2 % del volumen del núcleo caudado.

Este estudio proporciona evidencia de que la exposición crónica a los HAP durante los años de pre-adolescencia está asociada con cambios subclínicos en el núcleo caudado, incluso para niveles por debajo del nivel objetivo legislativo anual establecido en la Unión Europea. Estas conclusiones se suman a un conjunto importante de estudios subyacentes a la necesidad urgente de reducir las emisiones antropogénicas de contaminantes atmosféricos y pueden sugerir la necesidad de reevaluar los niveles legislativos anuales objetivo. Las consecuencias conductuales de este cambio cerebral inducido no se identificaron en este estudio, pero dada la participación del núcleo caudado en muchos procesos cognitivos y de comportamiento cruciales, esta reducción de volumen es un problema de salud para el neurodesarrollo de los niños.