(2017-09-13) Así es cómo el tratado comercial con EE UU afectó a la salud de los canadienses

Los tratados de libre comercio, como el TTIP o el CETA, son enormemente discutidos y estudiados desde la perspectiva política y económica, pero otras consecuencias sanitarias y sociales han recibido mucha menos atención. Para cubrir esa laguna, un grupo de prestigiosos especialistas en salud pública decidió poner la lupa sobre un experimento natural que les permitía observar sus efectos con detalle. Se centraron en los frutos del tratado que firmaron Canadá y EE UU en la década de 1990, el NAFTA, que ha sido el modelo para muchos de estos acuerdos. El resultado, notablemente negativo para los canadienses, habla mal del esfuerzo de su gobierno por proteger su salud de las derivadas nocivas de este tratado. Pero también de los riesgos que estos acuerdos pueden suponer para la salud de las poblaciones de los países implicados.

Al estudiar estas consecuencias, los investigadores de las universidades de Oxford y Stanford, entre otras, encontraron que un pequeño detalle había tenido una influencia muy negativa en la alimentación de los ciudadanos de Canadá: la eliminación de aranceles para un tipo muy concreto de edulcorante, el jarabe de maíz de alta fructosa. Este endulzante, de peor calidad que otros y muy vinculado a la obesidad porque no sacia, se usa masivamente en la industria alimentaria de EE UU en todo tipo de comestibles ultraprocesados y bebidas azucaradas.

Las consecuencias de abrirle las fronteras al endulzante fueron devastadoras: el consumo diario de calorías se triplicó entre los canadienses, la diabetes se duplicó y la obesidad se triplicó. "Nuestros resultados muestran cómo un cambio aparentemente pequeño y posiblemente discreto en los aranceles dentro de los acuerdos de libre comercio puede conducir a un cambio sustancial en las dietas de las personas, a su exposición a ingredientes peligrosos, con consecuencias sobre la obesidad y los efectos para la salud derivados", resume Pepita Barlow, economista de la salud del departamento de Sociología de Oxford.

Los investigadores explican que la reducción desproporcionada de aranceles entre 1994 y 1998 para este edulcorante provocó lo que llaman un efecto de sustitución peligrosa: cambiar un ingrediente por otro peor para la salud que repentinamente es mucho más barato. En este caso, el jarabe de maíz sustituía a azúcares de caña o remolacha, y que además se extendió por toda la dieta de los canadienses. Después de una década en la que el consumo de kilocalorías en edulcorantes se mantenía estable en torno a las 20 kcal de media entre los canadienses, justo a partir de 1994 se disparó su consumo hasta alcanzar las 63 kcal en 1998, cuando se produjo la última reducción arancelaria.

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