El proceso no es transparente, los criterios de coste-efectividaden no se han tomado en cuenta y la mayor competencia en precios solo ha beneficiado a la industria farmacéutica y no al consumidor. Son las conclusiones de un duro informe de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), organismo oficial de control, sobre el sistema de fijación de precios de los medicamentos en España. La CNMC critica la "excesiva discrecionalidad" con la que los fármacos se incluyen en la financiación pública.

Competencia aprovecha el informe para lanzar una crítica a todo el sistema de fijación de precios y de financiación pública. Asegura que el procedimiento para incluir un medicamento en el Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene una "excesiva discrecionalidad" y supone incluso una "posible discriminación" .

Una de las críticas más relevantes es la de la falta de transparencia. "No se publican resoluciones motivadas de los precios fijados", señala el informe de Competencia. Sobre la fijación de precios de los medicamentos de nueva comercialización, hay una Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) que apenas considera "criterios tasados", según el informe. Una regulación "criticable" en tanto que "resulta excesivamente vaga".

"El mecanismo no es transparente ni predecible", asegura el texto. Y continúa: "Se desconocen los criterios precisos. Se detecta una falta de información de los acuerdos de la CIPM en los últimos 3 años para los medicamentos de nueva comercialización. No se publican informes motivados de resolución sobrefinanciación y precio".

Paradójicamente el gasto farmacéutico creció en 2014, por primera vez, después de la introducción del copago firmado por la exministra de Sanidad Ana Mato.Las recetas públicas costaron 9.362 millones de euros, un 2% más que el año anterior. Sin embargo, esa cantidad no corresponde al gasto farmacéutico total. Se trata únicamente a lo que paga la Administración por la parte subvencionada de los medicamentos que se dispensan con receta en las farmacias.

La factura global es mucho más abultada, pero no se conoce. El Gobierno no tiene registros o una contabilidad fiel de lo que se desembolsa por los fármacos que se consumen en los hospitales, cuando es allí donde se administran los medicamentos más innovadores y, por tanto, más costosos.

La CNMC también aconseja al Ministerio de Sanidad "cambios estructurales en la intervención del precio", "orientándose a mecanismos que tengan en cuenta muy especialmente las consideraciones de coste-efectividad, además de la aportación terapéutica o a la innovación del fármaco".