(2016-01-22) Madrid: PSOE, Ciudadanos y Podemos votan no renovar la privatización de las citas médicas

En 2010, mientras la mayor parte de grupos políticos y profesionales guardaban silencio, ya denunciamos la privatización de las citas medicas que pasaron a manos de la empresa privada INDRA durante 4 años a cambio de 27 millones de €, lo que supuso que la mayor parte de las citas (derivaciones para pruebas diagnosticas, cirugía, etc.) dejaron de realizarse en los propios centros sanitarios por empleados públicos, y pasaron a realizarse telefónicamente en el “call center por personal de dicha empresa, cuyo cometido fundamental ha sido en estos años derivar los procesos y pruebas rentables a los centros privados, y poner todas las trabas posibles a aquellos pacientes que reclamaban ser tratados en centros del “sector público”. En 2014 se renovó dos años más esta privatización por 13,6 millones de €, lo que al final suma la bonita cifra de 40,6 millones de € para INDRA en 6 años.

Ayer, PSOE, Ciudadanos y Podemos han aprobado en la Asamblea de Madrid una Proposición No de Ley para “reintegrar en el SERMAS el servicio de citas médicas centralizado” cuando el próximo abril finalice la concesión, lo cual no deja de ser una buena noticia, aunque provenga de partidos que donde gobiernan tienen sistemas similares privatizados (Andalucía por ejemplo).

Hay que recordar que la privatización de las citas médicas no era una medida aislada, sino que formaba parte de la puesta en marcha del “mercado interno”, puesto en marcha en Madrid en esos años por el PP, con la colaboración inestimable de partidos que ahora critican la privatización y colaboraron en la apertura de los centros sanitarios de propiedad privada bajo el discurso de la necesaria “colaboración publico-privada”, que iban sustituyendo a los cientos de camas públicas que se cerraban en los centros “públicos”. En este sentido alertamos, que aunque se recupere la gestión de las derivaciones, mientras se mantengan el Área Única y el “Decreto de Libertad de Elección” (mecanismos para poder dirigir los flujos de pacientes “rentables” hacia los centros privados), junto con una red de centros privados ávida de dinero público (los 11 nuevos hospitales privados más la fundación Jiménez Díaz y el resto de privados “puros” que parasitan al sector “público” a través de las derivaciones), el proceso de privatización continua en marcha.