(2017-11-18) Las heridas sufridas durante el día sanan más rápidamente

El reloj circadiano influye en las células responsables de la cicatrización, que muestran mayor movilidad cuando el organismo está activo.

Todos los procesos biológicos que se dan en un organismo están controlados por ritmos circadianos, ciclos de veinticuatro horas correspondientes a la luz y la oscuridad. Los desajustes en este sistema se asocian con enfermedades y envejecimiento. Recientemente, se ha descrito también el papel del reloj biológico en el proceso de cicatrización. Según los resultados, las heridas o quemaduras sufridas durante el día sanan dos veces más rápido que las producidas durante la noche. Los investigadores del Consejo Médico de Investigación, en Cambridge, Reino Unido, detallan su trabajo en un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine.

Contrariamente a lo que se creía, el cerebro no es el único lugar del organismo desde el que se controla el reloj circadiano. Otros órganos y células también tienen sus propios ritmos. Un ejemplo son los fibroblastos, células indispensables para la cicatrización, pues invaden el vacío de la herida y sintetizan colágeno con el fin de regenerar la piel. Los fibroblastos poseen la capacidad de modificar la expresión de sus genes siguiendo patrones temporales. Concretamente, los científicos encontraron que, durante el día, estas células presentan mayores niveles de la proteína actina, implicada en los procesos de migración y adhesión. Este dato sugiere que la actividad de los fibroblastos es mayor a esta hora.

Experimentos realizados con cultivos celulares y ratones confirmaron esta hipótesis. Durante el día, los fibroblastos invadieron los arañazos realizados por los científicos más rápidamente que durante la noche. Su número también fue mayor durante el período activo, pues las heridas presentaban el doble de fibroblastos. Además, segregaron más colágeno, hecho que favoreció una mejor cicatrización. Los investigadores completaron su estudio con un análisis de casos clínicos obtenidos de la base de datos internacional de quemados. Los resultados revelaron que las quemaduras acaecidas durante el día, entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde, sanaban completamente en tan solo diecisiete días. En cambio, las ocurridas durante la noche lo hacían después de veintiocho días, once más tarde.

Según los científicos, la influencia del tiempo en la respuesta de los fibroblastos puede corresponder a una adaptación evolutiva. La probabilidad de lesionarse es mayor cuando se está despierto, así pues, puede que el organismo esté preparado para responder más rápidamente durante el día.

Si se aplicaran las conclusiones de este estudio, solo con cambiar la hora en que se realiza una intervención quirúrgica, los médicos podrían mejorar la cicatrización de sus pacientes. Además, los resultados también podrían contribuir al diseño de nuevos fármacos para acelerar el proceso de curación de las heridas.

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