Tres años después de la aprobación en el Congreso de los Diputados del Acuerdo de Reconstrucción de la Sanidad (con los votos de Unidas Podemos, PP y PSOE), es incuestionable el avance en la destrucción del Sistema Sanitario: casi 800.000 pacientes esperando un quirófano y más de 3 millones esperando una primera consulta con el especialista.

No nos equivocábamos cuando ya advertíamos hace 3 años: “Semejante jugada va a deteriorar aún más la eficacia de la sanidad y la calidad de la atención, al tiempo que se disparan las listas de espera, para regocijo de los seguros privados. Y todo ello, a pesar de la evidencia de que la medicina aplicada repetidamente al SNS desde hace décadas, la mercantilización disfrazada de eficiencia, ha demostrado ser contraproducente para el paciente, aunque, eso sí, un negocio redondo para fondos de capital riesgo, bancos y empresas inmobiliarias”.

Ahora, aprovechando un puente largo como en otras ocasiones para que pase desapercibido -ya que son las peores cifras de la historia-, el gobierno central publica los datos (convenientemente maquillados) de la lista de espera a 31 de diciembre de 2022:

  • La lista de espera quirúrgica alcanza un nuevo récord, muy cerca de las 800.000 personas (793.521), lo que supone casi 90.000 personas más que un año antes.
  • Con casi un millón de personas más protegidas (46) que antes del inicio del Covid, el número total de entradas recupera las cifras prepandemia.
  • La Rioja (27,7) y Cantabria (26,9) son las comunidades con la tasa por 1.000 habitantes más alta de personas a la espera de una intervención. En el polo opuesto País Vasco refiere solo un 10,29.
  • Referente a primera consulta con el especialista ya hay 3.128.176 de personas a la espera de una primera consulta tras su derivación desde Atención Primaria, es decir 320.000 personas más que hace un año.
  • Cantabria (108 por 1.000), Andalucía (106 por 1.000) y Asturias (100 por 1.000) contrastan con los 25,11 por 1.000 habitantes del País Vasco, o los 27 de Castilla-La Mancha.
  • Según el Ministerio, en Andalucía se esperaban de media 123 días y en Canarias 121, por 48 del País Vasco.
  • El porcentaje de pacientes con cita a más de 60 días ha pasado del 49 por 1.000 en diciembre de 2019 al 56 en diciembre de 2022.

De cualquier forma, hay que coger estos datos con pinzas, ya que:

  • Solo se publican los datos de 10 de 49 especialidades existentes (especialidades de elevada demanda como alergia, neumología, neurología, endocrino, geriatría, hematología, oncología, reumatología, rehabilitación… no figuran).
  • Se produce un bloqueo para acceder al sistema de atención primaria en tiempos adecuados, lo que reduce artificialmente la entrada de pacientes que lo necesitan.
  • Se continúan sin publicar las listas de espera para pruebas diagnósticas, en contra del propio Real Decreto 65/2003, con lo cual esas esperas no existen.
  • Tampoco se publican datos del tiempo que transcurre desde la indicación de una prueba diagnóstica por el especialista hasta su realización efectiva, lo que impide conocer la evolución del sistema.
  • La expulsión de la lista de espera estructural de aquellos pacientes que se niegan a ser intervenidos en un centro privado, que pasan a formar parte de una “listas de espera no estructural”, cuyos datos no se publican.
  • La exclusión de la lista de pacientes que no han podido acudir a realizarse una prueba en la fecha ofrecida.
  • Otras muchas acciones de maquillaje como ya denunciábamos hace años.
  • Y lo que es casi más importante: los seguros privados siguen creciendo a un ritmo fuerte (alrededor de 12 millones de personas pagan un seguro privado de salud), debido al colapso provocado del sistema público, por lo que están absorbiendo parte de la actividad que se debería de realizar en el sistema público.

Desde Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad - CAS denunciamos que, en el último tramo de la legislatura del gobierno más progresista de la historia, la situación no ha hecho más que empeorar. Las leyes privatizadoras que iban a derogar cuando gobernasen gozan de muy buena salud (desgraciadamente). Cuando en agosto de 2020 afirmábamos que “Los que iban a asaltar los cielos se suman a los que nos van a llevar al infierno”, no íbamos descaminados. Tres años después, tras el boicot que la izquierda institucional realizó a nuestra ILP, la situación es más grave y no tiene visos de mejorar. Para nada positivo sirvió el “Acuerdo de reconstrucción de la sanidad” que firmaron a tres bandas PP, PSOE y Unidas podemos en 2020. Solo la movilización al margen de los causantes del desastre puede revertir la situación. Los que han participado en la generación del problema no pueden ser parte de la solución.