La Cámara de Cuentas, organismo prácticamente desconocido para los madrileñxs, ha tardado 13 años en reconocer lo que es obvio: que el modelo de sanidad privatizada no garantiza mayor eficiencia, ni una mejor atención, según un documento al que ha tenido acceso el Diario.es, informe no disponible para el común de los mortales, ya que la Cámara no lo ha publicado en su web, aunque en el portal Filtrala hay disponible un resumen.
Con todos los medios de los que dispone, y cerca de 100 personas de plantilla, la mayoría nombrados y repartidos entre los partidos políticos mediante el sistema de libre designación (como su “hermano mayor”, el Tribunal de Cuentas), con salarios estratosféricos (100.000 €/año los consejeros, y complementos específicos de 50.000 €), lo que suma un presupuesto para 2018 de 8,5 millones de €, de los cuales se dedican a salarios casi el 80 % (6,7 millones €), la Cámara de Cuentas ha tenido que esperar a 2018 para elaborar un informe, en el que se reconoce que no existían razones para poner en marcha los hospitales privados de modelo concesión que desde CAS denunciamos, ya en 2005.
No es de extrañar que la Cámara de Cuentas no haya movido un dedo contra la privatización sanitaria de Madrid, sobre todo durante la presidencia de Arturo Canalda (2012-2017), ya que éste había sido viceconsejero de Sanidad con Lamela entre 2003-2006, justo los años en los que se prepararon las licitaciones y adjudicaciones por 30 años de los hospitales privados de modelo concesión. En paralelo, cual cortina de humo, se hacía estallar el “caso Leganés”a través de la denuncia anónima contra el Dr. Luis Montes. En 2017, Arturo Canalda se vio forzado a presentar su dimisión después de que fuese imputado por la Audiencia Nacional en el caso Lezo.
En los documentos elaborados por CAS a partir de 2005 pueden encontrarse los datos que cuestionaban ya en aquel momento (con el silencio cómplice de sindicatos subvencionados, colegios profesionales, sociedades científicas, partidos políticos, e incluso parte de los que luego conformaron las mareas blancas), la puesta en marcha de los hospitales modelo concesión.

CASCÁMARA DE CUENTAS

Concesiones en sanidad: un negocio redondo. CAS 2005

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"No se han facilitado informes y/o estudios elaborados en los que se evaluaran las distintas opciones de gestión en términos de eficiencia, eficacia y economía" (2018)

Los nuevos hospitales de Madrid. CAS 2005

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El gobierno fundamentó la elección de este modelo en "los principios de racionalización, eficacia, simplificación, libertad de elección y eficiencia" pero no ha aportado hasta la fecha "ningún análisis comparativo" de cuánto habría costado prestar el servicio "con los propios medios de la Comunidad" en lugar de ajenos (2018)

Mercado y salud. Repercusiones en los pacientes. CAS 2005

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…..los hospitales gestionados por concesionarias "derivan" a los pacientes porque no pueden darles los cuidados que precisan o "para reducir costes en tratamientos complejos" (2018)

Se dispara la especulación financiera en la sanidad madrileña. CAS 2006

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…….por concesionarias y el canon comprometido con las sociedades que construyeron los seis hospitales que se pretendían privatizar genera unos gastos a la administración pública difíciles de calcular y, por tanto, existe "incertidumbre" sobre los costes finales (2018)

Los nuevos hospitales: los llaman públicos pero no lo son. CAS, 2008

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"se desconoce en base a qué criterios tomaron estas decisiones, ni el supuesto ahorro o mejora en la prestación de la asistencia sanitaria que se habría podido obtener".

Ante las masivas privatizaciones sanitarias: Ya es hora de tomar postura. CAS 2008

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Incluso llegamos a denunciar ante el Tribunal de Cuentas, la Cámara de Cuentas, la Presidencia de la Asamblea de Madrid, y los grupos parlamentarios Popular, Socialista, Izquierda Unida-Los Verdes y UPyD, posibles irregularidades en este proceso, que fueron archivadas “ya que no se ha podido acreditar que los hechos denunciados hayan causado perjuicios para los fondos públicos” .

Dada la incapacidad demostrada por estos “organismos fiscalizadores” para hacer algo positivo para la población madrileña en materia sanitaria, estamos convencidos de que su “trabajo” no tiene sentido alguno para la sociedad, siendo firmes candidatos para formar parte del grupo de trabajos inútiles, los que David Graeber ha denominado “trabajos de mierda”, trabajos que si no existieran o desaparecieran mañana, no afectarían negativamente al funcionamiento básico de la sociedad. En el caso de la Cámara de Cuentas, fue creada en 1999, por lo que en estos 18 años de funcionamiento podría haber consumido cerca de 100 millones de €, que posiblemente hubieran tenido mejor destino cubriendo cualquiera de las múltiples necesidades básicas de parte de la sociedad. En definitiva, si estos son los mecanismos “públicos” de control existentes, mejor que no existan.

CONTRA LA PRIVATIZACION DE LA SANIDAD NO HAY ATAJOS: DEROGACIÓN DE LA LEY 15/97 Y DEL ARTÍCULO 90 DE LA LEY GENERAL DE SANIDAD
LAS LISTAS DE ESPERA MATAN. GARANTIAS DE ACCESO IGUALITARIO EN TODOS LOS TERRITORIOS 

CAS, octubre de 2018